Bienvenido a nuestro Blog. Aquí encontrará información de interés para el mantenimiento de su vehículo, repuestos y accesorios. De igual manera podrá agendar su cita para el departamento de Servicio.
Teléfonos: (0295) 2741408, 2745730. Fax: (0295) 2740069
Email: cliente@automotrizvasquez.com
automotrizvasquez.ca@gmail.com




miércoles, 22 de septiembre de 2010

GRAN FERIA DE REPUESTO


Debido a la alta demanda de repuestos por parte de nuestros clientes, hemos decidido realizar del 20 al 24 de Septiembre una Feria de Repuestos, donde encontraras ¨partes¨ para asegurar el buen funcionamiento de tu vehículo. Llámanos o visítanos en el Departamento de Repuesto de Automotriz Vásquez, donde serás atendido por el Sr. Reinaldo y la Srta. Ariannys.

Te esperamos......

jueves, 2 de septiembre de 2010

VIRGEN DEL VALLE



Es una de las advocaciones principales en Venezuela. Es venerada de un modo muy particular por los Margariteños y su fiesta se conmemora el ocho de septiembre, fiesta de la natividad de la Virgen María. Nuestra Señora del Valle es una dulce imagen de la Purísima, como solían representarla antiguamente en España hasta comienzos del siglo XVI. La imagen llega al Nuevo Mundo el año 1530, tiempo en que se da inicio a la evangelización en Venezuela. Así aparece la Virgen del Valle como la pionera de las devociones marianas en nuestra tierra.

ORACIÓN A LA VIRGEN DEL VALLE

Dulce Madre del Valle, la de entornados ojos: con cuanto amor mi alma en la tuya se extasía para llenar tus manos de luz y de ambrosía. Tuya es mi mente. Madre; tuyo lo más sagrado que mi pecho encierra; lo ofrecí desde niño cuando a tus pies postrado, tímido, emocionado, en mis manos llevaba las flores del cariño.

Yo me acuerdo de Ti, sí, en mi dulce inocencia cuando en tus dulces ojos se encontraban los míos, y mirándote fijo brillaba en mi conciencia el faro de tu amor haciendo claros mis días.

Y yo rezaba, sin murmurar plegarias, como rezan los niños cuando son inocentes, pidiendo en mis sollozos fueras intermediaria, ante el excelso trono del Dios, bueno y clemente.

Y pasaron los años, después de largos sueños. mis pasos te siguieron entre espinas y cardos, cuando esfuerzos ingratos tronchaban mis ensueños, Tú me dabas aliento con tus manos de nardos.

Cuajó un día mi ilusión en un cáliz de oro, se llenaron mis manos de fragancia de lirios, ensancharon mi pecho los himnos que te imploro, son los himnos supremos de mi amor y delirio.